Vive en su jardín de rosas, tan extenso para ella que seguramente no conocerá desiertos nunca. Espera pacientemente el momento de cazar, escondida y casi mimetizada con su entorno, entorno de rosas del color de su nombre, de aroma empalagoso, de tacto suave cuando remiten las espinas... en armonía.
Vaya menuda paciencia encontrar el bichito...
ResponderEliminarMe encantan los tonos pastel.