Tierra de soledades descuidadas, de aventuras inacabadas, del tiempo corriendo hacia atrás, en dirección contraria. De sueños con retroceso, de calma, de sabiduría, de ternura. Una tierra que habría que tratar con mimo, con la compañía necesaria e inexcusable, los oídos atentos y el cuerpo siempre dispuesto a parar la caída.
Ahora que hasta Bienestar social, parece que olvidó de donde le viene el nombre.
Muy sutil, profundo y bello texto Agustín. Besos, Luisa.
ResponderEliminarMuy reflexivo tu texto, a la par que contundente.
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