miércoles, 7 de septiembre de 2011

La tormenta perfecta.

La vida de mucha gente se torna parecida en estos días, mecidos como en la película en olas de tormenta inacabable, ahora subo, ahora llego arriba... por fin, ahora vuelvo a caer en picado y de nuevo.... otra formidable pared de agua se avecina. Si consigues pasar de nuevo, esquivarlas es imposible, continuaran las olas una tras otra... con un ritmo parecido al infinito para seres que no cuentan en la historia mas que un momento mínimo. Olas ajenas que se comen tu intimidad. Olas estéticas y obtusas obligándote a olvidarte de tu sueño diario.
Hay pues, que concentrarse en el valle de la ola, en la belleza momentánea, en el instante feliz. Recoger entonces la energía necesaria para volver a ascender, ya en el pico devorar el cielo con la mirada y dejarse caer con la placidez que le da al estomago esa sensación de vertigo.
No hay mas ahora, solo eso, pero hasta en eso... tiene que haber tiempo, tu tiempo.

2 comentarios:

  1. Vaya momentazo que has pillado en la foto. Eso es tener paciencia...
    Me gusta mucho el texto.

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