- Se hace tarde y ando aquí meditando sobre el mundo y otras cosas.
- ¿Todas grandes?.
- Todas.
- Pues te vas a perder en un marasmo de ingratitud grandilocuente.
- Que te dio para hablar tan retorcido.
- Es por rellenar. Como andas con cosas grandes temo aburrirme.
- Si quieres te hablo de la hipoteca.
- Eso ademas de grande, que no grandilocuente, es inacabable.
- ¿Quien soy yo, para discutir del mundo?.
- Un pedazo.
- Entonces puedo.
- Poder como poder se puede, que no quita que aburra, estas en tu derecho.
- Sera el escenario.
- No te creas, es de luz artificial.
- Me centro.
- Depende.
- Yo vine aquí para ver estrellas.
- Esta nublado, ya sabías...
- Pues me senté a mirar las luces y me puse a pensar en eso.
- En el mundo.
- Claro.
- No veo la interacción.
- Estas retorcido, yo tampoco... ¿Y que?.
- Nada, nada. Solo... que cosas pequeñas, pasito a pasito.
- ¿Has visto?, parecen ríos de luz.
- Lo dejo, hoy va a ser imposible.
- Adiós.
- Ni leches.
No tendrá la belleza que proporciona la naturaleza, pero la fotografía, con esos ríos y lechos de luz es tremendamente atractiva. La silueta de la izquierda pone imagen al diálogo.
ResponderEliminarMuy buena entrada.
En realidad excepto el fondo, todo tiene bastante de naturaleza.
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