jueves, 17 de marzo de 2011

Desastres, revoluciones y más.

Es tanta la avalancha de malas noticias, que los corresponsales corren  por el mundo sin saber muy bien donde parar. Tsunamis, Mubarak, Gadafi, Nucleares. Así convertimos el presente en pasado con la velocidad del vértigo, pero sin vértigo ya... nos vamos acostumbrando. Atrás queda los Afganistán, Iraq, Corea... Haití.
No hay noticia, porque la noticia llegara mañana. Ante tanta desmesura la impunidad crece entre los que se creían condenados, ya sean banqueros, mercados o dictadores, parece que no hay tiempo para todos. Al mismo tiempo  crece la sensación de desamparo entre los normales, la gente de diario.
En la Japón tan informada y desinformada a la vez, le falto tiempo a los especuladores de turno para jugar con el yen. Con la mirada puesta en el desastre nuclear que viene, casi olvidamos ya el Tsunami que todavía tiene pueblos de gente corriente incomunicados y abandonados a su suerte. Al otro lado Gadafi nunca imagino que un terremoto sería el aliado perfecto y a los Sauditas les falto tiempo para mandar su ejercito entre silencios cómplices a la vecina Bahrein. Mientras, las mujeres en Egipto pierden la primera de sus batallas.
Todo este batiburrillo confuso le contaba esta mañana al mar... que parecía escucharme.

3 comentarios:

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  2. Buena crónica y hermosa imagen!!
    Enhorabuena por el traspaso de la frontera; como diría el paisano, te has ido lejos.
    All the best for you!!

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  3. Como bien dices, ya no nos acordamos del terremoto ni del tsunami. De acuerdo, hay un peligro nuclear, pero qué pasa con las víctimas, con el desastre que ya hay?
    El mar seguro que te escucha, y seguro que tiene su propia opinión... algún día nos devolverá todo lo que le hacemos a su madre, la naturaleza.
    Me gusta la foto.
    Saludos.

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