martes, 8 de marzo de 2011

Tu reflejo.

No dudes nunca de tu propio reflejo, siempre te acompaña, incluso cuando no esta... cuando no puedes verlo. Tampoco lo culpes de tus defectos si los hubiera, solo es un reflejo... incluso de tus contradicciones. Puedes mirarlo de vez en cuando al espejo, agradecerá tus cuidados con una sonrisa y conseguirá que te sientas mejor. No te excedas en sus atenciones u olvidaras las tuyas, que al final os alimentan a ambos. Puedes serle fiel, aunque no es estrictamente necesario, él sabe que nunca encontraras ninguno tan exactamente fiel.

1 comentario:

  1. ¿Pero somos nosotros los que nos reflejamos o realmente somos el reflejo?
    Genial el relato y preciosa foto.

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