Tropezar dos veces, o tres. Si cuando me levanto; observo, respiro y siento, te miro y creo... sigo.
Seguramente tropezare de nuevo, seguramente te mirare de nuevo, seguro.
A veces es solo niebla, otras veces las piedras y sus formas, también el musgo húmedo y resbaladizo, ese verde limpio, aparentemente descuidado y confuso. Todo suma, no hay resta posible, mirar, respirar y gozar, claro.
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