miércoles, 4 de mayo de 2011

El Mirador de San Nicolas.

Para llegar hasta él, tendrás que disfrutar antes de callejuelas estrechas y enamoradizas, empeñadas en hacerte creer que alcanzaras el cielo de Granada si no a que tanta cuesta. El y su Iglesia saben que no es por ellos, tu esforzada peripecia entre casas blancas, empinadas calles, escaleras, ventanas enrejadas, con tus ojos atentos y absortos desbordados por tantos detalles. En realidad como buen mirador, sabe bien que es la vista que ofrece lo que te llama, eso y el extraño enjambre de gentes dispuestas a disfrutar tan solo de un atardecer. ¿Tan solo?.
Poderosa la Alhambra, sus jardines se acuestan en la falda de Sierra Nevada, acunados si hay suerte por un cielo rojo, el olor de la primavera y el murmullo silencioso del público congregado para ver como cierra los ojos el día. Como siempre, a tu espalda, la pequeña Iglesia ronronea satisfecha ante el generoso murmullo. Cuando te alejes con la noche ya envolviendo el entorno, el aroma de las tapas de una plaza vecina invitara  tu estomago al sabroso ejercicio de placeres sencillos. Y hay mas, en Granada siempre hay mas.... ya te contare...

1 comentario:

Tu voz se agradece siempre.