Me advirtieron que el camino sería largo, pero no contaron nada sobre esta espesa niebla que empezaba a enraizarse peligrosamente en mi cerebro, apretaba la llave entre mis manos como si fuera capaz de darme calor, mientras seguía atravesando campos sembrados con la duda de llegar alguna vez a ver el sol.
Tenía la seguridad inconsciente; hay una cerradura para ti, una puerta capaz de abrirme al conocimiento, capaz de llevarme mas allá de estas tierras grises y bellas. Arrastraba mis pies embarrados con ese convencimiento, un paso tras otro, una mirada nueva a ese mapa laberíntico sobre el que había una cruz, un destino que parecía no escrito... quería aprender a leerlo, me sentía capaz a pesar de mis piernas entumecidas por el frio. Pero por hoy era bastante, será mejor encontrar refugio.
Una foto preciosa para ilustrar un relato que ya me tiene intrigado. Como no hay dos sin tres, esperaremos al siguiente capitulo
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