- El hecho de venir de Marte, o como quiera que se llame ese planeta tuyo, no te hace mas inteligente.
- No tiene nombre.
- ¿El que?.
- Mi planeta como quiera...
- ¿Porqué?.
- Sois vosotros los que ponéis un nombre a las cosas. El mio aún no lo habéis descubierto, luego no tiene nombre.
- Comoquiera.
- ¿El que?.
- Tu planeta, ya tiene nombre. Pongamos que te creo, recién llegado del planeta Comoquiera y sentado en esta playa con un espécimen vulgar, osea yo.
- Tu no eres un espécimen vulgar, o si, no se.
- Vulgar o no aquí estamos. ¿Vienes a invadirnos?, ¿Eres una avanzadilla de una legión de naves alienígenas?. ¿Queréis robarnos el conocimiento?.
- El conocimiento ya te digo yo que no y de lo otro tampoco. Lo de estar aquí es una mala casualidad que me temo va para largo. El caso es que me toca adaptarme.
- Hablas divinamente.
- Eso es fácil. Lo de respirar me costo mas, tuve que resucitar tres veces, una faena.
- Me pierdo.
- Yo ya no, como vengo de lejos me oriento muy bien.
- No tiene sentido.
- Si. Es el mar devolviendo parte de la porquería que tiráis en el.
- ¿Adaptarte?.
- Si, ya te cuento, pero luego que ahora tengo hambre.
Me ha hecho sonreír. Y también me ha recordado a Eduardo Mendoza
ResponderEliminarDe acuerdo con Txema. Me ha recordado a Sin noticias de Gurb.
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