Ajena al imprevisto de un edificio puesto en el lugar preciso, acaba convirtiendo la remisa conciencia de las piedras antiguas, entregadas ahora que nadie las observa, que nadie las protege, que dependen ya solo de su propia costura, envejecer con tino... y sapiencia.
La bruma resalta aún más la espiritualidad del sitio...
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