lunes, 4 de abril de 2011

Indígnate.

José Luis Sampedro y  Stèphane Hessel, dos supervivientes del siglo pasado tienen todavía afortunadamente, mucho que contar y mucho que preguntarnos, en un mundo de corrientes optimistas como única aparente salida para enfrentarse al día a día, ellos llaman a la indignación, lo relata Juan Cruz en el país.
Aún apuntándome al optimismo como medio para enfrentarme a mi reto diario, no dejo tampoco de indignarme diariamente, creo que no me faltan razones, hoy por ejemplo siguen llegando desde Fukushima.

 
Las razones para la indignación crecen de manera exponencial, sembradas con mimo y avaricia desde hace ya un neoliberal tiempo, parecen dirigirse de manera inversamente proporcional a nuestra propia estulticia, mas crece nuestra dejadez, mas grande se hace su soberbia... y así nos va.
Creo que cabe en nuestro diario acontecer, un ratito y hasta un rato largo, para preocuparse, enfadarse, indignarse y si es posible... hasta contestar.


Levántate con una sonrisa, dirígete hacía donde tus pasos te lleven, alimenta tu espíritu y tu estomago, una siestecita...  un tiempo para amarse, otro para amarte a ti y un rato de indignación compartida. Sera solo cuestión de organizarse.

2 comentarios:

  1. Excelente relato, referente a la filosofía de la vida. Hoy en día, existen demasiados motivos para caer en la indignación.
    Las fotografías, muy bonitas las dos.

    ResponderEliminar
  2. La indignación es un derecho que por ahora no nos han quitado. Deberíamos aprovecharlo para sacar partido de él. Salgamos a la calle, pero no para celebrar resultados deportivos, sino para lo que verdaderamente importa.
    Buena reflexión.
    Saludos

    ResponderEliminar

Tu voz se agradece siempre.