La puerta que separa realidades esta abierta, por ella se cuelan dos mundos alejados por el envoltorio y los tonos tienden a desaparecer, con ella se desvanecen horizontes y perspectivas, aquellas capaces de separar dos mundos, mantenerlos alejados del roce.
La abundancia a decidido refugiarse en unos pocos, alejarse no ya del mundanal ruido, si no del mundo sin ruido, lejos del gris aparente, del multi-tonal oscuro.
La miseria sin embargo se reparte alegremente, agradecida por esa avalancha de gradientes de toda procedencia, recorre sin su gracia habitual cualquier rincón ahora, sorprendida por esta inusual voracidad, reconocible en lugares donde no gozaba antes, sitios que nunca había soñado perturbar.
Y los polos se alejan. ¿Se desbordara uno, mientras el otro se enroca indiferente?.
Es posible y mientras tanto, hay maneras diferentes de mirar.
El indiferente lleva tiempo enrocado, aunque como dices, ahora su espacio es quizás mas reducido, espacio que pierde en beneficio ¡que sarcasmo! de la parte mas desfavorecida que sigue ganando terreno.
ResponderEliminarMuy bueno Agustín
Si, pero su espacio lo protegen con la porra.
EliminarAsí nos va... Las distancias cada vez son más grandes, y lo que es peor, las esperanzas de los maltratados por la vida de poder mejorarla, se están diluyendo... Y encima nos hacen creer que es por culpa nuestra...
ResponderEliminarAlgo de culpa tenemos, pero ni de lejos en el sentido que nos quieren hacer creer.
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