¿Por donde empezar?. Me dijo alguien que mejor en casa, después en la puerta... y más tarde... alejarse con tiento, disfrutando de la utopía, la propia, la disidente, la aconsejable o no. Estos son como no, paraísos cercanos, los de cada día, los míos... que seguramente en poco se diferencian, de tantos.
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Roco retoza todavía en el sofá siempre con un ojo entreabierto, repasa tus movimientos en busca de la señal. Un ruido de llaves y a correr. |
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Atento.
Resulta imprescindible relajarse, acompañar el paseo con una sonrisa y dejarse llevar por una imprudente según se mire, capacidad de sorpresa.
Poco a poco dejaremos a un lado la pesada mochila, nos sentamos un momento y dejamos que el ambiente nos envuelva.
El color y las sombras.
Cuando la luz te atrape, déjate acurrucar por el otro lado.
Parece que el tiempo cambia. Tiene la cercanía una cualidad, siempre puedes volver a casa.
La tormenta y la calma.
Y por fin de vuelta, busca tu estrella fugaz, nunca se sabe.
Magnífica coordinación de texto y fotografía. Enhorabuena y saludos de Antonio.
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio.
EliminarUn día en la vida de... mientras suenan The Beatles (O_O)
ResponderEliminarSe añora vuestra compañía.
EliminarTe has creado un paraiso muy apetecible
ResponderEliminarGracias Fernando. En eso andamos.
EliminarUn relato excelente de tu propio paraiso cercano. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias David.
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