Los dos tenían una edad, de esas edades largas que se llevan el punto de vista hacia un lugar tranquilo. Compartían café a diario, era su forma de entender que aún seguían aquí. Vecinos de toda la vida, contra cualquier contratiempo, sin buscarlo, así era.
Curiosamente o no tanto. Uno de derechas de toda la vida, el otro un rojo.
- Se murio el gallego.
- Vaya, yo que pensaba que era inmortal.
- Ya sabía yo que te alegraría.
- ¿Alegrarme?. No jodas, a estas alturas lo mismo da. Uno menos, ¿y que?, si no se acabaran nunca.
- Mira que eres bestia, un poco de respeto.
- Si, el que tuvo el con los obreros de Vitoria, manda huevos.
- Pues lo han enterrado como Dios manda y mucha gente fue a despedirlo.
- A saber lo que Dios manda.
- Pues eso, un funeral casi de estado. Y de estado autonómico, je. ¿Tendrás queja?.
- ¿Quejarme yo?, ¿Para que?. Todavía vendrán los anti disturbios.
- Me parece percibir un toque de ironía.
- ¿Ironía?. Sería gracioso, pero no, no es eso. Es casi rabia.
- No sera tanto.
- Te acuerdas de Matilde.
- Ya estamos con las peras y las manzanas.
- Si te acuerdas.
- Claro. Sabes que no pude hacer nada. Ya no tiene remedio.
- Tu remedio es olvidarlo.
- No es eso, ¿de que sirve?.
- Le mataron al marido, mas tarde se la llevaron.. y quien sabe que paso, ni siquiera tu. Pero sabemos que esta ahí, enterrada en una curva del camino. Sus hijos siguen dejando flores. Y todavía hoy, no podemos darle sepultura como," Dios manda ". Y a ese sin embargo.
- Ese, fue uno de los padres de la constitución.
- Y así nos va, mientras no le encontremos a la madre.
- Que tendrá que ver.
- Todo... y para ti nada, claro.
- Hace ya mucho tiempo.
- Díselo a ella, a lo mejor lo entiende. Yo desde luego no.
- No tienes remedio.
- No lo tengo, pero moriré pronto. Y conmigo mi memoria, no parece que la tuya vaya a desaparecer.
- La mía se ha puesto al día.
- Ja... tiene gracia, para seguir jodiendo.
- Anda, acábate el café que ya es tarde.
- Demasiado tarde si, pero me lo acabo. ¿Sabes?. El mundo se esta ennegreciendo, venimos de tiempos oscuros que no supimos lavar a tiempo.
- ¿Y ahora?.
- Ahora no hay detergente que pueda con eso.
- Desde luego, ni tu ni yo.
- Venga. A ti ya te esta bien.
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