sábado, 8 de enero de 2011

Capricornio.

Hay una zona de Granada pegada al mar, donde habitan las cabras montesas, enamoradas de la sal de sus rocas y con el escenario al fondo de Sierra Nevada. Es no solo la tendencia a subir tan capricorniana, también la de bajar a investigar y sobretodo seguir... hacia adelante, en su imparable casi cabezonería, a veces distraída por esa salinidad contagiosa y efervescente.
Ganas de saber siempre más, conciencia de la insuficiencia de lo aprendido, de la necesidad de beber de la vida su sorbo diario aunque fuese amargo, pacíficos hasta extinguirse, tranquilos hasta intranquilizarte, casi siempre amables excepto en el genio, el malo. Agradecidos de tu sonrisa, de tu caricia, de tu sexo.
Cuando cumplí veinticinco, pensé que ya había vivido toda una vida, satisfecho. Ahora creo que ya fueron dos, y me apetecen mas. No tiene desperdicio este tránsito, seguramente porque tiene fin y eso lo aprendemos.
Como cumplo años hoy y dicen que se mide en primaveras, aunque sea invierno...

1 comentario:

Tu voz se agradece siempre.